Viejo amigo Cicerón es una obra centrada en la figura del célebre orador romano, protagonista destacado de las intensas luchas y violentas transformaciones acaecidas en el siglo primero anterior a nuestra era. Cicerón personifica la integridad moral de quien mantiene la coherencia de sus convicciones políticas aún en las más adversas circunstancias.
El orador representa la defensa de la legalidad como valor moral frente a la degradación del sistema político, abocado, indefectiblemente, a fórmulas tiránicas de gobierno. Marco Tulio Cicerón se nos presenta como un político excepcional en un mundo de mezquinas ambiciones personales, deslealtades y pequeñas componendas tan propias de la vida pública desde entonces. Con todo, como es obvio, se trata de una obra de ficción; y si bien los acontecimientos narrados responden casi escrupulosamente a la realidad histórica, nos hemos permitido imaginar diálogos y situaciones entre los personajes a raíz de los hechos generales de los que da cuenta la crónica histórica.
La historia de Cicerón bien podría resumirse como la de un hombre íntegro que se resistió activamente al inevitable derrumbe de todo un sistema enarbolando, reiteramos, la bandera de la legalidad como supremo valor moral.