Sombra efímera II, la nueva propuesta de Eduardo Guerrero, forma parte de un proceso que empezó con Sombra Efímera I. Y se integra en un paisaje simbólico, nutrido del potencial onírico para representar los cuerpos, los ruidos, las formas y sus posibles proyecciones al espacio.
Sombra Efímera II es el resultado de la residencia que Eduardo Guerrero ha realizado en el Centro Danza Canal (Madrid), dentro de los Teatros del Canal. Al mismo tiempo, supone la estación final de un viaje emprendido hace tres años. ¿Su objetivo? Materializar sobre el escenario las búsquedas del bailaor gaditano, en un proyecto conjunto con Mateo Feijóo (ex director de las Naves del Matadero), responsable de la dirección y el concepto artístico.
El espectáculo propone una inmersión escénica en la que conviven la tradición del flamenco y las artes contemporáneas del movimiento con las plásticas y visuales, pues parte de un proceso integrador de las disciplinas artísticas. De esta manera, se configura un universo onírico propio.
El sonido de las voces de Samara Montañez y Manu Soto dan voz a la poesía sufí, adentrándose en un viaje atemporal, en el que las emociones y los sentimientos más íntimos se dejan acompañar por la guitarra de Javier Ibáñez y afloran llenos de matices.